¡Hola amigos!
Quiero contestar a tres preguntas que muchos me han hecho a propósito del libro "Annukari". Pienso que etas preguntas se merecen unas respuestas porque sacar de la duda puede ayudar a entender mejor mi obra, aunque Tammir, uno de mis personajes, no estaría de acuerdo. "Comprender vuelve la mente perezosa", diría, e igualmente siento el deseo de explicarme a través de estos tres puntos.
- ¿Por qué un libro de ciencia ficción?
- ¿Por qué Annukari en lugar de Annunaki?
- ¿Por qué mi protagonista es un andrógino?
Desde que tengo memoria los libros han sido mis compañeros y amigos. Mi mochila por ir al colegio, al instituto y también después, a la universidad, siempre pesaba el doble de los demás porque, apretujados con los libros de texto, los qué mi madre deseaba que yo leyera, estaban los libros que leía de verdad. Cómo un hambriento que come a cuatro palmas desde platos diferentes, yo masticaba libros con una voracidad igual de sorprendente y no uno a la vez. Solía leer tres o cuatro libros contemporáneamente, pero a mi disculpa, por haber resultado en aquel entonces un tanto asocial, tengo que decir que era una época en la cuál aún no existían los móviles y las tabletas. Por lo tanto mi pasatiempo favorito era ir a la biblioteca y sacar cuántos más libros podía con mi tarjeta de usuario especial. Así qué, entre tantos, ha habido libros de ciencia ficción, aunque, los que me conocen, saben que no era una gran apasionada de este genero.
El mundo cambió, mis intereses también y vino la era de internet que me permitió de alargar muchísimos mis horizontes. Mi biblioteca se hizo enorme, la fuente por las informaciones, que necesité por mis otros relatos, inagotable y sobretodo pude comparar mis opiniones con internautas de todo tipo. Algunos de ellos me inspiraron a tal punto que empecé a seguirlos con asiduidad y gracias a sus vídeos empecé a mirar las estrellas, a fantasear sobre el Universo, el origen de la raza humana y la relevancia de otras especies en nuestro desarrollo.
En el verano del 2014 me senté en mi terraza por escribir un romance, o esto era lo qué tenía planeado hacer, pero la historia de Shan salió tan fácilmente cómo abrir un grifo en casa y todo lo planeado se fue al garete. Recuerdo sentarme por la mañana y seguir escribiendo hasta la noche sin que nada o nadie pudiese distraerme, ni los gritos de los niños en la piscina o el ruido veraniego típico de la zona donde vivo.
Obvio está que lo había estado preparado mentalmente por meses, pero no entendí hasta que punto estuviera preparada por escribir este libro hasta no sentarme delante de mi portátil aquel día. Lo qué aún más me sorprende es que ocurrió lo mismo con los siguientes dos libros de esta saga y sin lugar a duda se los debo a tres internautas en particular que aún sigo apasionadamente. Sin embargo no siempre me he visto de acuerdo con algunas de sus conclusiones y pueda que sea porque yo, a diferencia de ellos, me agarro mucho más a mi fantasía que a nociones concretas o a hecho reales. Por este motivo decidí escribir sobre Annukari, dando mi versión, del todo inventada, sobre algunos acontecimientos. Aunque la afinidad es evidente, no quería embarrar las historias de los Annunaki, desacreditarlas o ridiculizarlas con mis teorías. Afirmo sin vergüenza de no tener ninguna base científica por lo qué escribo en mis libros, exceptuado una gran fascinación por esta raza que estoy convencida haya tenido mucha parte en nuestra evolución.
En último, quiero explicar por que opté por un personaje andrógino. Sin ánimo de ofender a nadie, no estoy muy enterada de las numerosas distinciones sexuales que hoy en día se hace. Puede que sea una moda pasajera, pueda que siempre hayan existido distintos apetitos sexuales y no los cuestiono, de hecho algunos de mis personajes son muy promiscuo y desarrollan relaciones un tanto fuera de la "normalidad", incluido el protagonista. Pero mi elección no tiene relevancia con nada de esto, sino conmigo. Por mi forma de ser, por mi carácter o mi genio, como han dicho en muchos, he sentido en mi interior un fuerte dualismo a lo largo de toda mi vida. Aunque mi aspecto no lo refleje en absoluto, siempre me he sentido más en línea con el genero masculino que el femenino, pero no en el sentido lesbiano. Más bien se trata de un actitud, es mi forma de ser y cuando por primera vez vi el rostro de un andrógino me sentí subyugada.
Shan fue desde el principio un andrógino, nunca pensé que pudiese ser sólo un hombre o una mujer y su íntima maduración, la decisión última de decidir quién ser, refleja sin duda el camino que yo misma recorrí en mi juventud.
Cuando estudiaba en el instituto uno de mis poetas favoritos era Dante y recuerdo muy bien el empiezo de su Divina Comedia.
"Del camino a mitad de nuestra vida
encontréme por una selva oscura,
que de derecha senda era perdida.
¡Y cuánto en el decir es cosa dura
esta selva salvaje, áspera y fuerte,
que en el pensar renueva la pavura!"
Siempre me fastidió un poco esa " derecha senda perdida" y sobretodo el subentendido según el cuál si se pierde este derecho camino, sustancialmente uno está jodido. Bueno, he descubierto que existen millones de otros caminos, millones de otras selvas o universos y que únicamente no hay que temer o ponerse limitaciones. Al fin de la cuenta Dante encuentra su paraíso, ¿no?
Gracias por seguirme y espero que mis respuestas os impulsen a seguir vuestro camino, que sea la de escribir una saga de ciencia- ficción, escondida de forma insospechable en uno de los meandros de vuestro cerebro, o la de decidir quién sois o quién queréis ser en futuro, porque si algo es aprendido es que las férreas decisiones de ahora siempre se pueden cambiar mañana.
Anna